Esta cajita-reloj que os enseño hoy en realidad es un trabajo de reciclaje, era una cajita de bambú promocional de una conocida marca de cuidado facial, muy bonita tal cual, pero pensé que podría quedar mejor con un toque mezcla scrapbooking, mix media y manualidades.
Comencé arreglándola un poquito, la pobre había estado unos cuantos años encima del radiador en invierno y el bambú se había secado y despegado un poquito. Le puse un poquito de cola de carpintero y dejé que se secase durante unos días antes de quitarle la prensa de cinta.
He de confesar de que la tuve en casa durante meses sin saber qué hacer con ella, la inspiración no terminaba de llegar, solo le puse un par de capas de gesso y así la dejé a la pobre, olvidada en un cajón de mi escritorio. Lo que si tenía claro es que la iba a transformar en un reloj, aunque no sabía muy bien si iba a quedar bien.
Un día cogí los gelatos y me dije «manos a la obra y que sea lo que dios quiera», y después de unas cuantas horas de trabajo este fue el resultado.
Hice un agujero para poder meter el mecanismo del reloj, le cambié las bisagras que estaban muy estropeadas y oxidadas, y le añadí el cierre de metal dorado. Una capa de distintos tonos de gelatos ben integradas, un diseño de damasco con pasta de relieve, una capa nacarada en dorado, flores, hojas y florituras, y el último toque, unas salpicaduras en oro y blanco que le dieron un bonito toque.
Como me gustaba mucho el bambú, todo el interior de la cajita quedó intacto, salvo el borde interior que lo pinté en un tono dorado antiguo. La pena es que se me olvidó hacerle una foto.
Para ser mi segunda cajita de madera/bambú transformada creo que quedó preciosa, ¡amenazo con repetir! Espero que os guste tanto como a mí 🙂